¿Quién es? Nadie lo sabe, pero sus grafitis elaborados a partir de una técnica llamada “stencil”* se reconocen muy fácilmente, y es que ha conseguido subvertir el mundo del arte no solo por sus grafitis sino también por sus intervenciones, como la del pasado día 2 de este mes, en la que se vendieron en subasta dos obras suyas por un valor total de 214.000 $ y Banksy, al día siguiente, publicó un vídeo en el que vendía obras originales en una calle neoyorquina por tan solo 60 $, incluyendo las dos obras mencionadas.
Derecha: “Winnie the Pooh” 96.500 $
Las obras seguían siendo las mismas, pero el entorno no. Y esto nos plantea el valor del arte por el arte.
Banksy utiliza su arte como herramienta de denuncia social sobre temas políticos, económicos y socio-culturales. Ha pintado el muro de Gaza, ha hecho exposiciones multitudinarias y se ha colado en varios museos para “exponer” su obra. Su anonimato le permite denunciar sin vergüenza, por eso es el grafitero más famoso del mundo y el que más ha dado que hablar.
Muro de Gaza
Algunos lo consideran un gamberro por pintar paredes y mobiliario urbano, mientras que en Bristol (su ciudad natal), por ejemplo, han declarado varios de los murales de Banksy como bienes de interés cultural.
La pregunta es: ¿En qué momento un grafiti pasa a ser arte? ¿Cuándo el grafiti adquiere nombre? o ¿Cuándo se vende por un precio insólito?
“Better out than in” (mejor fuera que dentro), ese es el lema de Banksy. El arte no es un asunto privado, el arte es para los ciudadanos.
*Stencil: Técnica que consiste en pintar a través de una plantilla recortada para después aplicar pintura por encima de esta.
“Exit through the gift shop”
Película-Documental, sobre la evolución del arte callejero y el boom del aerosol.
